
Guillermo del Toro transforma el mito de Mary Shelley en una sinfonía visual sobre el dolor de existir y la ternura escondida en lo monstruoso.
La criatura, el xenomorfo, vuelve a ser aterradora gracias al uso extensivo de efectos prácticos, animatrónicos y sombras bien calculadas. No es un monstruo CGI que salta a la vista, sino una presencia constante, acechante, como en los mejores tiempos de Giger.
PELICULAS18/06/2025
Spoiler RD
En una época de franquicias revividas sin alma, Alien: Romulus es una rara excepción: una película que entiende perfectamente de dónde viene y qué la hace aterradora. Fede Álvarez (conocido por No respires y el remake de Evil Dead) toma las riendas del universo creado por Ridley Scott y lo honra con una entrega visceral, brutal y visualmente opresiva.
Desde el primer fotograma, Romulus nos sumerge en una atmósfera que huele a óxido, sudor y muerte. La estación espacial, un personaje más en la historia, recuerda a la Nostromo, pero con un aire más juvenil y desesperado. La cámara sigue de cerca a los protagonistas, acentuando su vulnerabilidad ante lo desconocido. El terror aquí no es solo por lo que acecha en las sombras, sino por la certeza de que nadie vendrá a salvarlos.

Cailee Spaeny encabeza el elenco con aplomo como Rain, una joven minera marcada por el abandono y la resiliencia. Junto a ella, David Jonsson brilla como Andy, un sintético con matices emocionales que reabre la eterna pregunta de la saga: ¿quién es realmente humano? El grupo en su totalidad logra un equilibrio entre química, tensión y empatía, lo que hace que sus muertes —cuando llegan, y vaya si llegan— duelan.
La criatura, el xenomorfo, vuelve a ser aterradora gracias al uso extensivo de efectos prácticos, animatrónicos y sombras bien calculadas. No es un monstruo CGI que salta a la vista, sino una presencia constante, acechante, como en los mejores tiempos de Giger. El diseño de sonido y la música de Benjamin Wallfisch amplifican cada goteo, cada respiración contenida, cada grito sofocado.
Álvarez no busca reinventar el género, sino ejecutarlo con precisión quirúrgica. Hay homenajes a escenas clásicas —el escáner de movimiento, los conductos de ventilación, el facehugger saltando en silencio— pero nunca se sienten reciclados, sino parte de un lenguaje cinematográfico aprendido a fuego.
En resumen, Alien: Romulus no solo es una precuela digna, sino que logra lo impensable: revitaliza la franquicia sin traicionarla. Es cine de terror espacial en su forma más pura, cruda y eficaz. Un regreso a casa, sí… pero a una casa oscura, ensangrentada y sin salidas.

Sinopsis:
A bordo de una estación espacial abandonada en el borde del universo, un grupo de jóvenes colonos se topa con la más letal de las criaturas: el xenomorfo. Sin autoridad, sin apoyo y sin tiempo, deberán usar su ingenio y su desesperación para sobrevivir a un horror que no entiende de edad ni de futuro. Ambientada entre Alien (1979) y Aliens (1986), Romulus reintroduce el terror espacial puro a una nueva generación.
Ficha técnica breve:
Título: Alien: Romulus
Dirección: Fede Álvarez
Guion: Fede Álvarez y Rodo Sayagues
Reparto: Cailee Spaeny, David Jonsson, Isabela Merced, Archie Renaux, Spike Fearn, Aileen Wu
Género: Terror, ciencia ficción
Duración: 1h 59min
Distribuidora: 20th Century Studios
Año: 2024

Guillermo del Toro transforma el mito de Mary Shelley en una sinfonía visual sobre el dolor de existir y la ternura escondida en lo monstruoso.

La trama sigue a Tori y Kyle Breyer (interpretados por Elizabeth Banks y David Denman), una pareja que vive en una tranquila zona rural de Kansas y que, incapaz de tener hijos, adopta a un bebé que encuentran en el bosque tras la caída de un misterioso objeto del cielo.

El diseño de producción es otro acierto notable. Berk, el hogar vikingo de nuestros protagonistas, se siente más real que nunca: una aldea viva, habitada y marcada por siglos de tradiciones. Las batallas con dragones, aunque espectaculares, nunca opacan el desarrollo emocional del filme

La película no es una adaptación de Charlie y la fábrica de chocolate, sino una historia completamente nueva que se atreve a contar el origen del personaje antes de tener su imperio. Aquí, Wonka es un muchacho entusiasta, inocente y testarudo, que lucha contra un poderoso cártel chocolatero que domina la ciudad.

Madre: A dos centímetros de ti aborda con solvencia y honestidad temas universales como el abandono, el perdón y el reencuentro. Díaz Silva toma su propia experiencia y la transforma en una narrativa capaz de resonar en múltiples públicos, más allá de lo local .

La película no está basada en un caso real, pero resuena con una verdad incómoda: en muchas partes del mundo, sobre todo en sectores históricamente marginados, hay madres solteras que sostienen el mundo con las manos vacías.

El diseño de producción es otro acierto notable. Berk, el hogar vikingo de nuestros protagonistas, se siente más real que nunca: una aldea viva, habitada y marcada por siglos de tradiciones. Las batallas con dragones, aunque espectaculares, nunca opacan el desarrollo emocional del filme

La criatura, el xenomorfo, vuelve a ser aterradora gracias al uso extensivo de efectos prácticos, animatrónicos y sombras bien calculadas. No es un monstruo CGI que salta a la vista, sino una presencia constante, acechante, como en los mejores tiempos de Giger.

El apartado visual sigue siendo uno de los grandes aciertos de la serie. Cada escenario —ya sea un rincón del Sueño, una pesadilla retorcida o un plano de la realidad— está tratado con un nivel de detalle y atmósfera que roza lo cinematográfico.

Cada escena se construye como un acto de resistencia. El cortometraje nos lleva por un crescendo de horror que no explota en sangre gratuita, sino en una batalla visceral por la vida

"Este logro de 1,500 reproducciones no es solo un número: es una señal de que la audiencia está lista para reflexionar sobre el rol que jugamos en la era digital. Like A Toy es un espejo: muestra la generación que celebra views y ‘me gusta’ como trofeos

La aparición de Lady —única figura no absorbida por la tecnología— introduce el contraste necesario. Una joven lectora, “nerd” en su estética, pero libre en su atención. Su hallazgo fortuito de un celular extraviado la convierte en la llave que abre el dilema central del corto

El guion apuesta por una economía de diálogos, confiando en el lenguaje corporal, los silencios y las acciones simples: un cigarrillo rechazado, una llamada no respondida, un vientre acariciado. Esta apuesta potencia el valor expresivo de cada gesto y convierte cada objeto cotidiano en símbolo: el test de embarazo, la copa de vino, las pastillas. Todo adquiere peso, todo cuenta algo más allá de lo que muestra.

Escrita y dirigida por Gilbert Arturo Rojas, Piénsalo Bien se construye desde una situación sencilla: dos amigas, una taza de café y una confesión que sacude el alma. Pero detrás de esa aparente cotidianidad, se desata una especie de duelo silencioso entre la culpa y el miedo, entre la verdad y sus posibles consecuencias

La trama sigue a Tori y Kyle Breyer (interpretados por Elizabeth Banks y David Denman), una pareja que vive en una tranquila zona rural de Kansas y que, incapaz de tener hijos, adopta a un bebé que encuentran en el bosque tras la caída de un misterioso objeto del cielo.

Guillermo del Toro transforma el mito de Mary Shelley en una sinfonía visual sobre el dolor de existir y la ternura escondida en lo monstruoso.